Cirugía tiroidea

Tanto la extirpación completa del tiroides, como la de una parte de la glándula, habitualmente se realizan a través de una mini-incisión de unos 3-4 cm en la parte inferior del cuello. Como norma general los pacientes están una noche ingresados y si no hay ninguna incidencia se van de alta a la mañana siguiente, en el caso de que se extirpe la totalidad de la glándula, tras un control analítico.
Las complicación más habitual de esta cirugía incluye la necesidad de tomar suplementos de calcio durante un tiempo tras la intervención debido a la alteración de unas glándulas que se encuentran en íntima relación con la glándula tiroides, que son las paratiroides. Otras complicaciones como el sangrado o la alteración de la voz, son extremadamente poco frecuentes. Esta última se debe a la alteración del nervio que mueve las cuerdas vocales localizado a los lados de la glándula tiroidea. En quirófano usamos la última tecnología como la neuromonitorización intraoperatoria del nervio recurrente que nos ayuda incluso en los casos más complicados.